
Es un habilidad que no todas las personas poseen, pero que sin embargo es muy necesaria para entender las necesidades, comportamientos, modos de actuar, reacciones emocionales.
Las personas empáticas se caracterizan por saber escuchar a los demás y entender tanto sus motivaciones como sus problemas.
Existen numerosos estudios que aseguran que la mente humana tiene en común los sentidos y los sentimientos. La diferencia entre dos hombres o dos mujeres es el momento en el que esos sentimientos afloran.
Además, la manera de actuar ante situaciones similares está condicionado por la educación, la predisposición genética y la condición hormonal.
La empatía forma parte de la inteligencia emocional, es la que controla el dominio interpersonal. Además, la empatía es considerada como la clave del éxito de las relaciones interpersonales.
La empatía es pues la habilidad para ser consciente, reconocer, comprender, apreciar los sentimientos de las personas que nos rodean.
La capacidad de empatizar es importante por varios motivos. En primer lugar, para ser capaz de observar l conducta moral y social de nuestro entorno; y en segundo lugar, para poder experimentar sentimientos tan comunes como la envidia, el odio, la generosidad, la dulzura …
Esta habilidad o capacidad es muy necesaria para ciertos empleos. En ocasiones las personas que trabajan de cara al público carecen de esta habilidad, y en función de su grado de empatía nos ofrecen o no el producto más adecuado para nosotros.
La mayoría de las personas no son crueles, sin embargo en ocasiones no sabemos escuchar. Y damos recomendaciones muy positivas como por ejemplo: “Todo se arreglará”, “el tiempo lo cura todo”… y a veces que no son las apropiadas.